Estando de reunión, un jueves, en la oficina de Regla (aún no habían unido los grupos) se aparece una cliente con un nailon de hamburguesas que dijo había comprado en «el malecón», en ese momento nos movilizamos, cada uno entregó su dinero y encargo y como yo era el que andaba en bicicleta en ese tiempo fue al que le tocó ir.
Parto raudo y veloz hacia el emboque y registro toda la zona y no encuentro el menor vestigio de la venta y el vendedor, pregunto en la pescadería de Martí y Ceulino y me dicen que allí hubo, pero ya se había acabado, que habían sido muy pocas, así que regreso a la oficina y devuelvo el dinero. Fatalidad.
Acabada la reunión del grupo, unos se marchan y otros quedamos organizando las tripas (expedientes de archivo) cuando aparece otra cliente con igual paquete de hamburguesas, le comento que había ido al malecón y la pescadería, pero que ya se habían acabado, a lo que ella me responde.
-Pues deben de volver a haberlas sacado, pues éstas acabo de comprarlas en «el malecón» ahora mismo.
No faltaba más, vuelvo a coger la bicicleta y a partir como una flecha para el emboque y a registrar toda el área, preguntando en el paradero guaguas y la entrada de Obras marítimas, pero lo mismo, nadie sabía ni había visto nada y ni sombra de vendedor y hamburguesas…
Solo mucho tiempo después me enteré, «fueraneo» al fin y al cabo, que «El malecón» era la fonda que está en el cuchillo de Calixto García y 24 de febrero y entonces comprendí porque no había logrado empatar con las hamburguesas aquel día, pero solo ahora hago el cuento.
0 comments:
Publicar un comentario
A comentar, con respeto, están todos invitados. Valoramos su opinión y propuesta.