El acero de refuerzo en la construcción de la placa de hormigón armado de una vivienda se coloca por lo establecido en la norma, pues su cálculo estructural siempre resulta inferior al necesario por las especificaciones de la propia norma, por este motivo, salva muy raras excepciones, los albañiles tienen la razón: ؽ pulgada espaciado a 25cm y Ø? de pulgada a 30cm. No sucede lo mismo con el espesor requerido de la placa.
En la construcción tradicional de viviendas en Cuba se coloca una sola parrilla de acero de refuerzo, la que para los arquitectos e ingenieros civiles constituye el refuerzo de acero positivo o para tomar los momentos positivos, en lenguaje común para albañiles y constructores por esfuerzo propio la que va por debajo de la placa, sí tienes la suerte de topar con un profesional ortodoxo te exigirá la colocación del refuerzo de acero negativo (el refuerzo que se coloca en las «obras estatales» por la zona superior de la placa).
No es pretensión de este artículo crear polémica y debate, pero viviendas con mucho más de 50 años de construidas, de placa y con una sola parrilla de refuerzo (el acero positivo), ahí están en pie, dependiendo por mucho su estado técnico del mantenimiento que haya recibido, sobre todo en la impermeabilización de la cubierta, que tampoco es eterna.
En la actualidad se fabrican las barras de acero (cabillas) en tres longitudes: 6.00m, 9.00m y 11.00m, aunque su producción se mide en toneladas, en el rastro o tiendas de materiales solo encontraremos la de 6.00m, cuando tenemos la suerte de encontrarla; en la calle su precio hoy asciende a $10 CUCos o $250 pesos y a veces más.
Considerando la necesidad de construcción de viviendas, y en busca del óptimo aprovechamiento de los materiales disponibles se analiza el retomar viejas técnicas y preceptos constructivos que emplearon nuestros abuelos, al fin y al cabo la mayoría de nosotros vivimos en las casas que ellos construyeron.
Los albañiles actuales colocan «todo el acero principal de refuerzo» de apoyo a apoyo (de pared a pared), por norma es válido y requerido que solo un tercio (?) de las cabillas lleguen hasta el apoyo, o sea, estoy hablando que solo una de cada tres cabillas deben llegar al apoyo. Las cabillas que no llegan al apoyo deben quedar separadas del mismo a una distancia no mayor de un séptimo (1/7) de la luz.
Nuestros abuelos, sin complicarse, llevaban solo la mitad del acero requerido hasta el apoyo, hablamos de una sí y la otra no, práctico y sencillo, pero ¿Cuanto ahorraban?
Tomemos un ejemplo con números redondos: una placa de 4m de luz y una longitud de 10m, llevaría 40 cabillas de ؽ pulgada espaciadas a 25cm, lo que sería si la colocáramos de apoyo a apoyo 160m de cabillas; ahora si alternamos los apoyos, como hacían los abuelos, tendríamos 4m de luz entre 7 lo que resulta en 0.57m, redondeamos a 0.55m para como ellos no complicarnos y tenemos que necesitamos 138m de cabillas, 22m menos. ¿Valió la pena? No estamos inventando nada nuevo, ahí están las casas.
Las viejas normas de construcción (NC 51-11, losas con refuerzo principal en una sola dirección), imperantes en los años 70 del pasado siglo, establecían para el acero de refuerzo secundario o de temperatura un espaciamiento máximo de 5 veces la altura total (espesor) de la placa ó 45 cm, el menor valor de estos.
En la tabla. Espaciamientos prácticos, en cm, de acuerdo a la altura de la losa, en cm
Ø pulgadas Área (cm2) 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20
Ø3/8? 0.79 40 35 33 30 28 26 25 23 22 21 20
Ø1/2? 1.13 45* 45* 45* 43 40 38 35 33 31 30 28
* Los espaciamientos señalados con asteriscos vienen dados por el máximo de 45 cm que establece la Norma
El acero de temperatura, que se coloca por encima del acero principal (acero positivo), siempre irá de punta a punta, hoy la norma actual solo permite un espaciamiento máximo de 30 cm… Saquemos una cuenta simple, a partir del ejemplo anterior, de cuanto más nos cuesta la norma actual: 13 cabillas espaciadas a 30 cm por 10m de longitud, tenemos 130m; ahora sí lo espaciáramos a 45 cm tendríamos 90m, casi nada, 40m menos de cabillas y ahí están las casas.
La Norma Cubana es Ley, debe cumplirse sin discusión, no espere que mis proyectos reflejen estos disparates de construcción que cometían los abuelos; ahora, Usted es su inversionista y constructor… Solo establezco la duda.
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