Cuenta el historiador de la parroquia Orlando González Díaz que la actual construcción se inició poco después de ser elevada la ermita a la categoría de parroquia, en 1805, por el gran hombre de ideas ilustradas el Obispo Juan José Díaz de Espada, pues la anterior edificación amenazaba con quedar en ruinas. Para la financiación de las obras el obispo determinó la venta de una ermita próxima, conocida como la “Iglesita” en la esquina de la Plaza Mayor (calle San Telmo casi esquina a Santa Ana, hoy calles Ceulino y Maceo respectivamente), el valor de esta venta fue de tres mil quinientos pesos a lo que se añadiría los cuantiosos recursos donados por los vecinos del poblado.
Al referirnos a su arquitectura, es de destacar, que la ermita fue originalmente una edificación uninave (de una sola nave) a la que se le añadió en el transcurso del tiempo una crujía en el lateral izquierdo para uso de una capilla auxiliar, donde actualmente se encuentra una réplica de la virgen en madera negra y de mayor porte que la virgen original, adornada esta con joyas de plata.
La obra de construcción de la nave principal fue concluida en el año 1811; para la ejecución de la torre, que fuera dada por terminada en 1818, se contó con el trabajo del catedrático en matemáticas Don Pedro Abad Villareal, quien confeccionara y calculara el plano de la torre del campanario por indicaciones del Obispo Espada, siendo el alarife (maestro de obras) Don Pedro Justiniani.
FOTO: Vista interior del Santuario de la Virgen de Regla
Vista interior del Santuario
FOTO: Antigua playa frente al Santuario de la Virgen de Regla
La antigua playa frente al Santuario
FOTO: Campanas del Santuario de la Virgen de Regla
Las campanas del Santuario
La fachada principal de la edificación se orienta al Norte, de frente al canal de entrada a la bahía, tiene un estilo neoclásico, respondiendo al auge de este estilo arquitectónico durante el siglo XIX, con un diseño simétrico está compuesta de tres cuerpos en el que sobresale el ubicado al centro, a semejanza de un arco de triunfo con columnas que guardan cada lado de la puerta principal, y por el frontón liso que la remata. Sobre esta sección se encuentra su única torre del campanario que tiene base cuadrada rematada con un pequeño cupulino.
Gracias a la popularidad y significación del santuario[http://uparegla.com/el-ultramarino-pueblo-de-regla/el-santuario-de-la-virgen/], por la Virgen que en esta se venera, esta fachada será posteriormente repetida en múltiples construcciones religiosas del interior de la región habanera.
Su campanario cuenta con cuatro campanas; la mayor tiene la inscripción “Al patriarca San José”, la usada para llamar a misa fue donada por el capitán pedáneo de Regla Don Guillermo González, sujeto piadoso y de fortuna, y tiene por rotulo “Capellán Don Domingo de Pluma, Fundición Regla, 1819”, la siguiente tiene grabado “L.O.R. 1825”, y la inscripción de la campana restante es “1873, Barcelona, Fca. Buena Aventura Paila y Armegol”.
La cubierta, de tejas criollas, en su interior posee un alfarje mudéjar que cubre la nave principal y la accesoria. Su ambiente espiritual es sumamente austero, tan solo posee el altar mayor al fondo de la nave y sus muros laterales ahuecados con nichos agrupados de tres en tres, en lugar de usar los tradicionales altares de madera, siendo el nicho del centro de mayor dimensión que los adyacentes. En total presenta nueve nichos en cada uno de sus muros laterales y las esculturas de los santos, de mediano formato y madera policromada, colocadas en los nichos para la devoción de los fieles, son el único aderezo de estos nichos.
Sobre la puerta principal, y a baja altura, se ubica el coro de la iglesia. La que llamamos la puerta principal del templo, es la ubicada en la fachada realzada del extremo opuesto del altar y que da francamente al Norte y al canal de entrada de la bahía, sin embargo la puerta comúnmente usada por los fieles es la que existe en la fachada Oeste, a la que se accede por la calle Santuario y que brinda hermosas vistas de las aguas de la bahía y la ciudad de La Habana.
FOTO: Altar mayor de la Virgen de Regla
Altar mayor de la Virgen de Regla
FOTO: Grabado antiguo del Santuario de la Virgen de Regla
Grabado de siglo XIX
FOTO: Púlpito desde el que predicara Félix Varela
Púlpito desde el que predicara Félix Varela
El prebisterio, el altar mayor y el púlpito.
En 1885 sufre su última remodelación el prebisterio, es revestido con una bóveda de ladrillos casetonada, con trabajos de yesería geométricos donde ciento cinco florones dorados sobresalen del fondo azul, embaldosada el área con losas de mármol blanco de Carrara. El altar mayor de estilo barroco, al fondo de la nave, está hecho de madera de cedro labrada y dorada y contiene a la imagen traída por el castellano (capitán jefe) de la Fortaleza de la Punta Don Pedro de Aranda y Avellaneda de la Virgen de Regla, esta imagen tiene 75 centímetros de altura desde lo más alto de su cabeza hasta la base. En estas obras tomaron parte activa dos reglanos: el maestro de obras Cristóbal Fornaguera y Eduardo Dapena, con la contribución del artista catalán I. Roig.
El púlpito, conservado como una gran reliquia, es el que usara en su prédica el sacerdote y admirado patriota cubano Félix Varela[https://www.ecured.cu/Felix_Varela] en su sermón de la fiesta de Natividad de Nuestra Señora, en la víspera de su festividad el 7 de septiembre de 1817; este púlpito se haya colocado a la altura de los nichos, casi al centro del muro lateral izquierdo; fue construido con maderas preciosas pintadas de marfil y oro.
El área exterior del templo.
El área exterior del Santuario se encuentra casi en su totalidad pavimentada y está delimitada por un muro con verja de hierro, que no impiden el disfrute del entorno.
En febrero de 1744 amenazado el templo por la ruina al batir las olas del mar contra sus muros durante los temporales, es autorizado por el obispo Fray Juan Laso de la Vega y Cansino[https://www.ecured.cu/Juan_Laso_de_la_Vega_y_Cansino] el construir un muro que sirviera de muralla para la protección de la edificación, obra esta que sería sufragada con las limosnas de los fieles. Trazó los planos y dirigió la obra el teniente coronel de ingenieros Don Antonio Arredondo hasta 1746 en que son temporalmente suspendidos los trabajos, es así que, durante varios años se retoman y abandonan las obras de protección que solo serán llevadas a feliz término luego de 27 años, en 1773.
Hasta los años sesenta del pasado siglo la rivera de la costa de Regla junto al santuario era nombrada la playa, por ser una costa baja y fangosa con una suave pendiente hacia el mar.
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